La paloma y la hormiga (Esopo)
Había una vez una hormiga que tenía mucha sed y decidió
bajar al río a beber agua. Cuando estaba bebiendo, la corriente se llevó a la
pobre hormiguita y, justo cuando estaba a punto de ahogarse, una paloma que
había en un árbol le lanzó al río una rama a la que se agarró fuertemente la
hormiga. Mientras, un cazador preparaba su arma para cazar a la paloma. Pero la
hormiga se dio cuenta y, rápidamente, mordió al cazador en el talón. Tal fue el
dolor del mordisco que al cazador se le cayó su arma. Y fue en ese momento
cuando la paloma escapó volando.
MORALEJA: “Siempre hay que estar dispuestos a ayudar a los
demás”.
Los dos amigos y el oso (Samaniego)
Había una vez dos amigos que iban
paseando por el bosque. De repente, se les apareció un oso. Uno de ellos se
subió rápidamente a un árbol y se escondió. El otro, un poco más torpe para
trepar, no tuvo más remedio que tirarse al suelo y fingir que estaba muerto.
Dicen que los osos no comen
animales muertos, así que le olió con su hocico y se marchó dejándolo allí
tirado. Cuando el amigo bajó del árbol, le preguntó:
- ¿Te ha dicho algo el oso al
oído?
Y él le contestó:
- No es bueno pasear con gente
que te deja solo cuando hay un peligro.
MORALEJA: “Los amigos siempre ayudan a sus amigos cuando lo necesitan”.
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